“En nuestra región, el modelo de la minería integrada con sus comunidades y stakeholders ha sido muy bien valorado y respaldado por las instituciones y líderes comunales y regionales”.
En nuestra región, el concepto de “grupos de interés” o stakeholders no tiene más de 25 años. El dinámico período de desarrollo minero que se inicia en los años noventa no sólo significó un notable aumento en la inversión en el sector sino que también significó la llegada e instalación de un nuevo modelo de hacer minería en su relación con las comunidades o grupos de interés: empresas proveedoras locales, autoridades locales y regionales, universidades y centros de educación, juntas de vecinos, organizaciones culturales, etc.
En efecto, en este período las empresas mineras declaran su compromiso con el desarrollo sustentable de los territorios donde operan e inician la gestión con sus stakeholders a través de las gerencias de asuntos corporativos, asuntos externos o de sustentabilidad.
La aparición y relevancia de estos nuevos actores en el escenario de la gestión global y el poder de las empresas enriquecieron el paisaje empresarial que hasta ese momento era ocupado por un único y principal actor, los dueños o accionistas (privado, público o mixto). Hasta ese entonces, el poder decisional de la empresa recaía de manera muy principal en los dueños de la misma.
Con el paso del tiempo y sobre todo con lo ocurrido en los últimos años en nuestro país, la importancia y relevancia de los stakeholders en la gestión de las empresas no solo se ha incrementado de manera muy significativa sino que incluso su participación en muchos casos ha sido decisiva para el inicio o continuidad de un proyecto.
Todo indica que estamos frente a un cambio de paradigma en la gestión y distribución del poder al interior de la empresa del siglo XXI. La integración sinérgica entre los intereses de los accionistas con las demandas y necesidades de los stakeholders constituye uno de los logros más desafiantes para las empresas modernas.
En nuestra región, el modelo de la minería integrada con sus comunidades y stakeholders ha sido muy bien valorado y respaldado por las instituciones y líderes comunales y regionales. Esta alianza estratégica ha sido uno de los capitales que explica el continuo y dinámico crecimiento de la inversión minera y sus encadenamientos con el resto de los sectores productivos y sus positivos impactos sociales en el empleo, ingresos, pobreza.
El desafío futuro es la consolidación y perfeccionamiento de la alianza stakeholders y shareholders que, sin lugar a dudas, es la base sólida para un crecimiento de la inversión y un desarrollo integral y sustentable.