La Comisión de Minería del Senado programó, a partir de la próxima semana, seminarios y audiencias sobre el proyecto de royalty, con el objetivo de tener una fundamentada discusión respecto a este estratégico tema para el país, la industria y, muy especialmente para las regiones mineras.
En esta discusión, el profesionalismo es fundamental, porque se estará decidiendo sobre la principal industria del país y motor económico y social de las comunas y regiones mineras y, muy especialmente, de las comunas de la Región de Antofagasta. Un royalty minero debe compatibilizar el objetivo recaudatorio con la sustentabilidad de las inversiones mineras. Si no es así, no sólo no se cumplirá con la recaudación y beneficios sociales pensados, sino que se afectará negativamente la producción, empleo e ingresos de las familias que trabajan en ese sector y sus encadenamientos.
Algunas cifras a tener muy presentes en esta estratégica discusión. A nivel nacional, la minería aporta el 60% de las exportaciones; 14% del PIB (directo); 16% de la inversión; 9 % el empleo (directo e indirecto). Para el caso de nuestra Región de Antofagasta: 52 % del PIB (directo); 61 % del empleo (directo e indirecto); liderazgo en la cartera de inversión minera para los próximos 10 años con US$ 23.630 millones; liderazgo en proyectos en construcción en energía con un monto de US$ 2.672 millones; 900 empresas proveedoras regionales registradas, evaluadas y calificadas en SICEP; el sector portuario, ferrocarril y transporte terrestre, etc. dependen de la industria minera; es decir, todo el aporte a los encadenamientos productivos.
En esta discusión, los actores de las comunas y regiones mineras deben estar presentes. El centralismo y sur de Chile desconocen la realidad minera. Para ellos, la minería suele ser la “vaca lechera” que se debe ordeñar cuando los precios están altos, para financiar obras públicas metropolitanas y subsidios para otros sectores económicos y sociales. ¿Se acuerdan de la minería y de las empresas pymes proveedoras de la minería en los períodos de precios bajos y duro ajuste y, la tasa de desempleo se eleva por sobre el promedio nacional?
La historia tributaria minera demuestra que, cuando los precios están altos, siempre ha primado un interés recaudatorio fiscal nacional. El último ejemplo, es el nulo impacto del impuesto específico a la minería en el presupuesto de la Región de Antofagasta. La inversión pública efectiva promedio, en el período 2001-2005 (antes del impuesto) fue un 3,9% del total nacional y, para el período 2006-2019 (después del impuesto) fue de un 4,2%. Lo que el centralismo suma por impuesto específico lo resta desde otras partidas presupuestarias manteniendo todo tal cual.