El crecimiento y desarrollo de nuestras empresas proveedoras regionales requiere avanzar en las siguientes tres tareas simultáneas y complementarias:
- a) Competencias empresariales. Los desafíos de competitividad de la industria minera, la diversificación productiva, la competencia global, el cliente empoderado y la revolución innovadora y tecnológica son implacables con las debilidades en la gestión de los empresarios y emprendedores. El emprendimiento y la empresa requiere una profesionalización robusta para fundamentar decisiones correctas. El entusiasmo y buenas intenciones son una condición necesaria, pero no suficiente para el éxito. Las competencias empresariales profesionales, el conocimiento y aprendizaje de las experiencias empresariales de otros son indispensables para responder a las exigencias del mundo empresarial moderno. “Como empresarios contamos con las experiencias que, sistematizadas, serán un potente programa para formar competencias empresariales que mejorarán la sobrevivencia y calidad de vida de las nuevas generaciones de Pymes”.
- b) Emparejar la relación pyme-gran empresa. El nivel esperado y exigido de la capacidad empresarial y competitiva de las pymes solo se producirá bajo un modelo de relacionamiento en que los incentivos apunten hacia ese objetivo, un modelo de equilibrio virtuoso.
Para tener empresas proveedoras innovadoras intensivas en conocimiento y desarrollo técnico no basta con el esfuerzo empresarial individual. El compromiso del empresario es muy importante y también la existencia de un ecosistema de apoyo, pero el factor clave del éxito fundamental es que la institucionalidad que regula la relación administrativa y de negocio entre la gran empresa cliente y el proveedor tenga la transparencia, equilibrio e incentivos para el fortalecimiento mutuo.
Es urgente innovar y modernizar el modelo de relacionamiento e incentivos entre la gran empresa cliente y el proveedor. El modelo de abastecimiento y contratos, por sus propias reglas, procedimientos y cláusulas debe incentivar de manera sistémica y sinérgica la creación de valor y desarrollo mutuo de las partes. Este es el modelo que fortalece las capacidades administrativas/técnicas y de innovación del proveedor y que, por lo mismo, este proveedor maximiza su agregación de valor a la gran empresa cliente.
c) Priorización en los llamados a licitación. La sustentabilidad regional requiere una estructura productiva robusta. La pandemia nos enseñó que la proximidad territorial nos asegura una mayor continuidad operacional. La reactivación económica es urgente para recuperar la calidad de vida de nuestras familias. Por lo anterior, el polinomio de evaluación de las propuestas debe incorporar una ponderación especial para las empresas regionales.