Por Valeria Varas, Subgerenta de Desarrollo Empresarial AIA y Cristian Mansilla, Gerente General de Phibrand.
Producto a la pandemia y a la crisis económica que enfrentamos, la discusión sobre el futuro de la minería nacional se ha enfocado en el royalty y sus usos, pero un foco que no puede quedar sin atender es el desarrollo tecnológico (innovación) y su relación al nuevo súper ciclo del cobre que está en ciernes. Sobre todo tomando en cuenta los reclamos de aquellos que afirma que Chile debiera tener un nuevo modelo de desarrollo, donde la matriz productiva sea una de mayor generación de valor.
En el año 2016, Fundación Chile y Phibrand hicieron un estudio para el Ministerio de Minería y el BID, que buscaba identificar patrones de innovación y el uso de fondos públicos para innovadores mineros. Entre sus resultados, se observó uno para nada alentador con respecto al anterior súper ciclo del cobre (2010-2014). Según éste, los proveedores de la minería tienden a innovar menos cuando el precio del cobre es alto y propenden a innovar más en periodos donde el precio del cobre es bajo. Entonces, ¿A qué se debe que la innovación en minería vaya contra el ciclo?
Para esta pregunta hay dos posibles respuestas, una metodológica y otra económica. La primera concluye que la inversión en innovación es contra cíclica porque pasa un tiempo entre cuando las empresas deciden patentar, al comienzo de la etapa de desarrollo y cuando se obtiene finalmente la innovación. Durante ese período, el precio del cobre puede fluctuar, ya que un proceso de innovación cualquiera tarda entre dos a cuatro años en concretarse (Pérez-Cotapos, 2020) Y, la segunda respuesta, podría deberse a que las empresas proveedoras innovan cuando la presión de la demanda es menor, dada la holgura de tiempo, pues cuando es mayor, no lo canalizan en innovar (Phibrand, 2016).
Dicho lo anterior, es fundamental advertir la importancia de aprovechar los ciclos con precios altos del cobre para hacer innovaciones, y así rentabilizarlas en los ciclos bajos. Para ello, mencionaremos dos recomendaciones para generar más y mejores innovaciones en minería. En primer lugar, es necesario fomentar una buena gestión en los procesos de innovación, partiendo por las grandes empresas mineras que deben fomentar la creación de más avances tecnológicos para sus faenas y así hacer que estos procesos no solo sean efectivos, sino que además no reactivos a los súper ciclos. En otras palabras, debe haber una etapa asincrónica de generación de innovaciones. Y, en segundo lugar, debemos considerar un aspecto más táctico de la innovación, el cual es identificar con claridad el mercado al que se desea apuntar y hacer innovaciones útiles (con valor) con el fin de reducir la incertidumbre que genera cualquier innovación para las grandes empresas mineras.
Por estos motivos, debemos celebrar por todas aquellas empresas proveedoras que se atrevieron a innovar hace tres o más años atrás y que hoy están listas para comercializar sus productos y servicios, y que van a rentabilizar su inversión de la mano de este nuevo súper ciclo. Sin embargo, a las que aún no han innovado, la recomendación es directa: ¡Háganlo! Pues, de momento, están llegando tarde a la fiesta del súper ciclo, aunque nunca es tarde para comenzar a participar en la fiesta de la innovación.