La viabilidad inicial de un Parque Industrial está dada en base al acceso a servicios básicos como agua, electricidad y caminos, esto es lo mínimo para la instalación y operación de Empresas, es el desde.
El elemento inicial es la tierra para la instalación y las áreas comunes que le darán vida a este entorno productivo. La paradoja aparente en nuestra región es que tenemos una cantidad gigantesca de tierra disponible, pero una carencia brutal de entornos productivos adecuados para las Empresas y su desarrollo.
Hasta hoy hemos intentado desarrollar vida industrial de una manera muy sui generis, con Empresas viviendo en sectores con malos accesos, sin servicios de agua ni alcantarillado, al lado de basurales y contaminación. Las nuevas inversiones que requieren espacios productivos se topan con muros casi insalvables, ubicación, entorno, servicios, alto precio de compra y tiempos eternos para la compra, un cóctel amargo que ya nadie quiere tragar frenando muchas iniciativas y en última instancia la venta desde BB.NN. termina siendo un remate al que pocos se atreven ya a apostar.
Son ignominias que se han profundizado por décadas y que ponen en una posición peligrosa la sustentabilidad de la región toda vez que se produce una desconfianza en la capacidad de las instituciones para entender la importancia de la tierra como atracción de inversiones y un elemento estratégico de desarrollo económico de las regiones productivas.
No queremos ser la región con la minería más grande del mundo y con la generación electrica solar más grande del mundo pero con una infraestructura productiva de tercer mundo.
La big data, la industria 4.0 y el 5G nos indican que estamos en un nuevo escenario de desarrollo industrial y social, que requiere un modelamiento más sofisticado de la interacción entre las Empresas que operan en un sector geográfico y que debe moverse en los ejes de colaboración, sentido de pertenencia a una comunidad y aporte urbano.
Estamos atrasados, si hoy pretendemos atraer inversión manufacturera, crear empleos, potenciar la competitividad de la oferta regional y mejorar la participación de toda la comunidad en los beneficios del desarrollo industrial necesitamos crear Barrios industriales con valores más allá del metro cuadrado de tierra.
El éxito de un Parque Industrial no se dará de forma espontánea por tener más o menos m2 y empresas interesadas en instalarse, requiere también de una organización que lo piense y lo dirija con visión de largo plazo junto a un conjunto de programas, aplicaciones, y reglas necesarias para que el sistema se mueva, y generar así valor continuo para las empresas, los trabajadores y la comunidad.