“En el escenario actual las empresas de la Región de Antofagasta deben liderar la batalla por la competitividad en la industria minera en general y, en particular, en la minería del cobre”.
En el escenario actual las empresas de la Región de Antofagasta deben liderar la batalla por la competitividad en la industria minera en general y, en particular, en la minería del cobre. Este propósito compromete múltiples dimensiones, pero sin duda, demanda un compromiso fundamental en la innovación, desarrollo tecnológico, inserción en redes globales, empresas intensivas en conocimiento.
Este desafío de innovación y desarrollo tecnológico, estructuralmente implica consolidar la alianza estratégica entre las empresas mineras y las pequeñas, medianas y grandes empresas proveedoras. Estamos hablando de pasar a una etapa cualitativamente superior en el relacionamiento entre estas empresas.
Este nuevo relacionamiento debe dar origen a una nueva arquitectura organizacional en esta área. Esta, debe perfeccionar una institucionalidad de comunicación aportadora de prácticas de valor compartido en la gestión de contratos; identificar participativamente los desafíos operacionales estratégicos; promover y permitir la prueba de innovaciones en faena; fortalecer las competencias empresariales de las empresas proveedoras; diseñar y establecer cláusulas de contratos que potencien el modelo gana-gana.
En suma y en palabras de Diego Hernández, “tenemos que reaccionar ante esta realidad….esto pasa, entre otras cosas, por continuar potenciando el cluster minero, para tener proveedores de clase mundial”. Porter también es un muy buen consejero para este tema: “La productividad y la innovación están altamente influidas por los clusters o concentraciones geográficas de firmas, empresas relacionadas, proveedores de productos y servicios e infraestructura logística…”, “Los clusters son prominentes en todas las economías regionales que crecen y tienen éxito…además, juegan un papel crucial en el aumento de la productividad, la innovación y la competitividad”, “Cuando una empresa construye clusters en sus lugares claves de operaciones, también amplifica la conexión entre su éxito y el de su comunidad”.
El desafío de la competitividad sustentable requiere profundizar con compromiso y valentía el valor compartido entre las empresas clientes y las empresas proveedoras y prestadoras de servicios. En el actual escenario, una tarea urgente para la industria minera y para las regiones y ciudades mineras es fortalecer esta alianza estratégica. Así, se fortalece el empleo, la demanda, el dinamismo económico, la calidad de vida y la sustentabilidad.