La gerenta de la Corporación Clúster Minero Región de Antofagasta y exsecretaria de Estado dijo que para conseguir esto se necesita un alto compromiso con los temas ambientales, evolucionando hacia cero emisiones e incorporando energías limpias. Sobre las proyecciones del sector, Williams manifestó que “se espera que el país mantenga los niveles de producción y para el 2022 se espera un leve crecimiento”.
Entrevista publicada en el medio digital Timeline.
Un vehículo tradicional requiere 25 kilos de cobre y uno eléctrico necesita 75, explica Aurora Williams, gerenta de la Corporación Clúster Minero Región de Antofagasta. Y este escenario nos enfrenta a una paradoja, porque “queremos un mundo más sustentable, pero eso es posible generando más minería”, asegura Williams. Sin embargo, la exsecretaria de Estado dice que naturalmente, esto debe ocurrir con un alto compromiso con los temas ambientales, evolucionando hacia las cero emisiones e incorporando energías limpias.
En el país la industria minera vive un momento un clave. Tras el fin del súper ciclo del cobre que se extendió por más de una década, los datos indicaban que el valor del metal rojo no volvería a situarse en los cuatro dólares. Pero en el 2020, un factor inesperado como la pandemia llevó a que el precio incluso superara esta cifra, aunque que estos números ahora encuentran al sector frente a definiciones que inciden en su desarrollo: el royalty minero y una mayor preocupación por el impacto productivo en el medio ambiente y el consumo de agua.
Williams, ministra de Minería en la segunda administración de Michelle Bachelet, es la gerenta de Clúster Minero, una alianza entre actores públicos y privados que agrupa a compañías extractoras, proveedores y la academia para el desarrollo de capital humano. Sobre las proyecciones para el próximo año, la ingeniera comercial sostiene que esperan un leve crecimiento de la producción, con un precio cercano a los cuatro dólares con 20 centavos. Sin embargo, menciona que “todo depende de cómo evolucionen los temas sanitarios y los efectos que tenga en la demanda de los minerales”. En el contexto nacional, sostiene que tanto el royalty minero como las mayores exigencias ambientales, son temas que tienen que debatirse escuchando los puntos de vista de todos los involucrados.
¿Qué proyecciones tiene la industria para el próximo año considerando las cifras que deja este 2021?
- Hay proyecciones fundadas por el trabajo de la Comisión Chilena del Cobre y se espera que el país mantenga los niveles de producción y para el 2022 se espera un leve crecimiento de ésta. El precio, de acuerdo con estas proyecciones, se estima cercano a los cuatro dólares con 20 centavos la libra de cobre, entendiendo que estamos en un contexto volátil y todo depende de cómo evolucionen los temas sanitarios y los efectos que tenga en la demanda de los minerales. Entonces se proyecta un buen precio, con alta volatilidad en la medida que la crisis sanitaria no indique alguna situación compleja en aquellos países que constituyen la demanda de cobre, litio y los productos que Chile exporta.
Incentivar la exploración
¿El valor que alcanzó el cobre en esta pandemia es suficiente para asegurar nuevas inversiones para la región, ya que se había manifestado que este escenario estaba detenido?
- Son varios los factores que inciden en la inversión proyectada. Hay que considerar que este precio permite consolidar inversiones en los proyectos que actualmente están en desarrollo u operación. Creo que un tema importante es incentivar la inversión en exploración, para buscar espacios para el desarrollo de nuevos proyectos. Chile siempre ha sido un buen destino para la inversión en exploración, el año pasado fuimos el cuarto destino en el mundo en general con una baja inversión en este campo. El precio colabora para mirar de una manera distinta la inversión en minería, pero debemos señalar que esta clase de proyectos son de largo plazo, y por ello la apreciación debe ser más que el precio puntual de un año o un ciclo específico.
¿Qué expectativas generan los cambios en el país que tocarían a la minería, como el royalty o mayores exigencias ambientales?
- Es natural que en el tiempo las exigencias sean mayores para los temas ambientales, hay más conocimiento y mejor tecnología, lo que apunta a que esta materia sea relevada al primer lugar y, desde ese punto de vista, la industria se desafía frente a esas nuevas exigencias. Pero también es importante señalar que estos temas tienen que debatirse, para conversar y buscar información referida a las preocupaciones de toda la sociedad. Desde hace varios años nos enfrentamos a una paradoja, queremos un mundo más sustentable, pero eso es posible generando más minería. Por ejemplo, un vehículo tradicional requiere 25 kilos de cobre y uno eléctrico necesita 75, por lo tanto, ocurre esta paradoja, para un mundo más sustentable hay que generar más minería. Pero naturalmente debe tener alto compromiso con los temas ambientales, evolucionar hacia cero emisiones e incorporar energías limpias en sus procesos.
Sobre nuevas normativas que involucran mayor recaudación para el Estado, creo que es una conversación necesaria, tenemos un proyecto en discusión y lo importante es que se nutra de las distintas miradas y los impactos que tendría. No cabe duda de que existe una necesidad del Estado de recaudar más frente a un conjunto de demandas sociales, pero también es importante que esas definiciones tengan elementos objetivos que hagan sostenible al sector.
¿Cree que a nivel de industria han sido lo suficientemente integrados al debate?
- Formo parte del Clúster Minero, que es un ecosistema diverso donde está la industria minera, pero también los proveedores, la cadena logística y la academia. Mi visión no es solo de la industria, tengo una mirada desde la corporación que es diversa respecto de las discusiones que hay en el país. Siempre es importante el diálogo y la industria minera, así como otras que giran en este sector productivo, deben ser escuchadas y tener planteamientos de lo que hoy se discute. Por ejemplo, los proveedores mineros también necesitan exponer sus posturas, igual que la academia y los trabajadores representados que son una variable relevante para desarrollar la minería en el territorio.
El agua se transformó en un tema sensible en la región. ¿Es factible que toda la industria migre al uso de agua desalada o quedará algún porcentaje que por razones técnicas o de ubicación no pueda sustituir el recurso?
- El agua de mar es el gran desafío en el contexto de la crisis hídrica que vive el país y que en nuestra región ha sido permanente, porque somos un desierto y tenemos características geográficas que benefician a la industria minera, pero al mismo tiempo genera este déficit de recursos hídricos. El mar siempre será la vía para resolver estos temas y quiero señalar que en Antofagasta, los proyectos de desalación, en operación y construcción, son importantes. Minera Escondida BHP tiene una desaladora operando y el Distrito Norte de Codelco está construyendo estas instalaciones, por lo tanto, me parece que es el camino y creo que hoy se está abordando. Recordemos además que hay ocho proyectos de desalación de agua que son evaluados por privados y que pueden significar un cambio cualitativo en la región. Las ciudades costeras ya son abastecidas por agua de mar, un gran porcentaje de Antofagasta, Tocopilla y Taltal tienen desalación, es un concepto instalado en la región.
¿Cuán rápido está asumiendo la minería el uso de energías limpias?
- Las energías limpias son otro reto debido a que en general, no solo el sector, está desafiado en temas ambientales. Hoy tenemos grandes proyectos desarrollándose en la zona que permitirán acceder a estas energías y entregarán solución a temas complementarios. En materia de agua tenemos una costa prodigiosa, pero con una diferencia de altura que no es menor, y ahí la mezcla de energía y recurso hídrico tiene que ser virtuosa.