La inversión minera iniciada en los 90 ha tenido un impacto notable en nuestra economía. El PIB regional pasó de un 4% (1989) a un 10% del PIB nacional, hoy es el segundo PIB del país. Nuestra producción de cobre pasó de 821.615 a 3.160.891 ton. entre 1990 y 2019, subimos tres puntos porcentuales en la producción nacional. En la producción de oro pasamos de 1601,5 a 24.911 Kg. de fino, crecimos de un 5,8% a un 61% de la producción nacional. En minería no metálica hubo un salto notable en los compuestos de potasio, litio, boro, con nuevos productos. Nuestro aporte a las exportaciones nacionales pasó de un 25 a un 30%. Exponor pasó de 100 a 1000 empresas expositoras y, Sicep tiene evaluadas y calificadas a 900 empresas en nuestra región.
En este crecimiento (frenazos incluidos), es importante valorar al primer anillo de encadenamientos estratégicos para la diversificación productiva. Hablamos de los sectores energético; portuario, transporte y logística e industrial hídrico.
En energía, pasamos de ser una región con energía escasa, cara y obstáculo para el desarrollo industrial a ser la región con la mayor capacidad instalada y generación eléctrica del país. Adicionalmente, hoy lideramos los proyectos de construcción en energía (US$ 2.600 millones), todos en energías renovables. Sin duda, estamos frente a un encadenamiento estratégico que abre un gran potencial para la diversificación, la carbono neutralidad y, para la economía y minería verde.
En el sector portuario, transporte y logística, nuestra región se transformó en una plataforma logística muy robusta, con puertos, caminos y sistemas de transportes mixtos en Michilla, Tocopilla, Coloso, Antofagasta, Mejillones. Hoy, nuestra región dispone de una infraestructura potente para la diversificación comercial con los países del centro oeste sudamericano y del Asia Pacífico.
En el sector industrial hídrico, el sueño de la desalación para consumo humano y uso de agua de mar para la industria es una realidad. Hoy, Tocopilla está 100% abastecida con agua desalada, Antofagasta y Mejillones son abastecidas principalmente con agua desalada y para el 2023 está programado que lo sean en un 100%. Tenemos la mayor planta desaladora para uso industrial minero de A. Latina. Agua de mar cruda, desalada y reciclaje ya son una realidad para una mayor diversificación industrial sostenible ambientalmente.
A nuestro proceso de clusterización le queda mucho por avanzar. Tenemos desafíos pendientes en ciencia y tecnología, educación, proveedores regionales, campamentos, etc. No obstante, ahora, además del motor minero, tenemos los estratégicos motores energético, portuario, transporte, logístico, hídrico para seguir diversificando y construyendo sustentabilidad.