Aguas Antofagasta inauguró oficialmente un estratégico proyecto para Tocopilla, se trata de la planta de desalación de agua de mar con una capacidad de 75 litros l/s, en el sector de “Caleta Vieja”. A partir de ahora, Tocopilla es la ciudad de mayor población de A. Latina abastecida al 100% con agua desalada y, además, con respaldo para el 100% de su consumo con el recurso cordillerano. La inversión de US$ 26 millones significó 2.700 puestos de trabajo en su construcción. Sin duda, un proyecto estratégico que oxigena el urgente plan de desarrollo para Tocopilla, que hoy vive una compleja y desafiante situación económica y social.
En Antofagasta, al entrar en operación el proyecto de construcción de su segunda planta desaladora (550 litros l/s), programado para el 2023, Antofagasta y Mejillones se abastecerán al 100% con agua desalada y, Antofagasta se transformará en el mayor centro urbano de América Latina con esta modalidad al 100%, un logro que vale la pena destacar en el desierto más árido del mundo, y en un país que anticipa una crisis hídrica importante hacia el año 2040. Vale la pena destacar igualmente la experiencia de Taltal, cuya planta tiene una capacidad de abastecimiento del 20% de su población.
A nivel industrial es fundamental destacar el avance realizado por las empresas mineras en el uso de agua de mar y eficiencia hídrica, considerando que el costo de bombeo eléctrico del recurso hacia la operación en altura se eleva entre 8 a 10 veces. El caso de BHP, con una planta para Escondida construida en 2006, y luego la construcción de la mayor desaladora del continente inaugurada en 2018, con 2.500 litros de agua por segundo, es ejemplar. Por su parte, Antofagasta Minerals, lidera en el uso de agua de mar en procesos de Centinela y Antucoya, desalando y reciclado para campamentos y ciertos usos en faena. Codelco espera adjudicar la construcción de su planta desaladora el 2021, con una inversión de US$ 1.000 y una capacidad de 1.600 l/s.
Estos logros en pocas décadas dan cuenta de un escenario tecnológicamente revolucionario y que aún puede sorprendernos. Lo mismo está ocurriendo con la energía solar, que alguna vez fue una distante fantasía de profesores universitarios. Hoy, con la capacidad de producción energética solar más grande del mundo, y decenas de proyectos de energía renovable en la Región de Antofagasta, soñamos con la producción de hidrógeno verde, otro recurso que dará mucho que hablar en los próximos años. El escenario nos demuestra que la realidad y los sueños -como la seguridad hídrica- pueden dialogar y confundirse, y que es posible impulsar proyectos de gran escala con una mirada sustentable, en beneficio de las personas y el medio ambiente ¡Sigamos cumpliendo sueños!