Que son tiempos difíciles ni que decirlo, es casi redundante. Pero también son tiempos de oportunidades, de dejar la complacencia, botar el pesimismo y de mirar y mirarnos de otra manera, aquella que es capaz de ver luminosidad en la penumbra. Mal que mal a la Región Minera de Chile no le ha ido tan mal, a pesar de todo, ha permitido que quienes están en la actividad (directos o indirectos, mandantes y proveedores) tengan una actividad que en muchos casos ha sido casi normal (aún con las restricciones lógicas del momento).
Pero, ¿qué más necesitamos? o mejor, ¿qué PODEMOS hacer para lograr y levantar la tan anhelada reactivación económica y social y mejorar en los resultados? Claramente por el lado de los mandantes mineros ha habido señales potentes de compromiso con la región, ahora otros actores están llamados a poner su granito (o pilar base) y ampliar la base que permita una gran recuperación. Los bancos, Isapres, Afps, empresas de retail, entre otras, deben sumarse al compromiso regional con el valor compartido y. El factor riesgo debe ser asumido por quienes pueden aportar capital o préstamos como una condicionante actual: muchas empresas no podrán aportar otra cosa que su historia pasada y plena de cumplimientos, otros con algunos problemas, pero cumpliendo y así con muchos. Pero la exigencia de garantías y resguardos adicionales es como decir que los cuidados del sacristán terminan matando al señor cura…Hoy, hay que asumir más riesgos, tener más confianza y también pensar que se puede perder. No todo pasa por las garantías del Estado. También las empresas regionales, principalmente pequeñas y medianas, deben tener otra mirada y ser capaces de pensar en soluciones imaginativas. Por ejemplo, en el transporte de carga muchas veces se agrupan varios transportistas y, sin perder su identidad, en grupo son capaces de ofrecer más vehículos, mejores condiciones y mayor cumplimiento, enfrentando así una competencia que individualmente les dejaría fuera. ¿Y, por qué no replicar esta experiencia con otras empresas productivas de la región? ¿Por qué no pueden juntarse varias PYMES y, ofrecer en conjunto sus productos para satisfacer una demanda que individualmente no son capaces de afrontar? ¿O agruparse varias empresas metalmecánicas para que en conjunto pueden satisfacer un pedido que solas no podrían ni en tiempo ni volumen? Una capacidad de ASOCIATIVIDAD es algo que debemos desarrollar fuertemente para que las empresas regionales tengan una mayor capacidad de satisfacer demandas mayores y para ello en la Asociación de Industriales de Antofagasta existen los espacios para confluir y facilitar estas y otras formas de participación, desarrollo y crecimiento.