Columna de opinión de Lucas Martinich, director AIA, publicada en El Mercurio de Antofagasta.
Pocas veces nos detenemos a pensar en el valor real del tiempo, mas lo vemos como algo que nos falta (vacaciones, ocio, trabajo, proyectos…) y que nunca no sobra. Nada aprendemos de cómo aprovecharlo, y del impacto profundo que puede tener su aprovechamiento en nuestras vidas, ya sea personal, laboral o política.
En la actualidad, la epidemia del Coronavirus en China nos trae ejemplos palpables: hospitales levantados en 10 días. Otras veces fueron viaductos o cruces de avenidas en una semana. Ello puede parecernos espectacular, costoso o típico de los chinos, peo quizá sólo devela la importancia y valor del tiempo: hay que hacerlo ahora, pero rápido, porque es necesario, porque hay vidas, desarrollo, necesidades.
Qué diferente cuando vemos nuestra realidad… No sólo la de Chile, sino la propia y cercana de Antofagasta. Proyectos, inversiones, mejoras en beneficio de nuestros ciudadanos y de la región que, o duermen el sueño de los justos (o ¿Injustos?) o transitan por largos y lentos caminos de trámites, regulaciones, descalificaciones y autoridades sin prioridades o con intereses disímiles. Y pasa el tiempo… ¡Sin retorno…!
En la AIA nos preocupan los tiempos de aprobación de los proyectos mineros, del desarrollo y construcción de obras públicas, de las respuestas y compromisos de las autoridades, legisladores y organizadores, del respeto y calidad de atención de las empresas y negocios a sus clientes, porque afectan a la comunidad y no permiten el desarrollo, dificultan y retrasan el avance social, el empleo y las mejores expectativas de vida: el tiempo mal empleado no permite nuestra felicidad.
El tiempo no es renovable, y sólo podemos gastarlo. La exigencia entonces, es usarlo bien y pronto, para nuestros compatriotas, para nuestra sociedad, para nuestro trabajo, para nuestra salud, nuestra educación, nuestro bienestar.
Es el desafío para quienes son responsables de dirigir nuestras vidas. Ejemplos:
- Reposición Vivero Municipal: 3 años desde su aprobación, sin ejecutar. $4180 millones de inversión.
- O.I. As Proyecto minero: Aproximadamente 1.132 permisos. Tiempos 3 a 5 años.
- Hospital Antofagasta: 2014 a octubre 2017 puesta en servicio provisorio: 4 años.
- Cárcel Antofagasta: 8 años de demora, 275% del valor proyectado.
- Hospital de Calama: Inicio 2010, término segundo semestre 2018, 9 años – 7 veces costo inicial.
- Doble Vía Carmen Alto – Calama: Sin fecha a firme. Debió estar en operaciones el 2017.
- Chaqueta Blanca: Más de 10 años de demora, para un proyecto con 20 años de vida útil.