Antofagasta debe consolidar a su industria proveedora como una industria inteligente intensiva en conocimiento e integrada a las redes globales. De acuerdo a datos de Sicep, un grupo significativo de nuestras empresas regionales están haciendo esfuerzos para transformarse en empresas globales.
La historia de Antofagasta, está ligada al impulso que empresas locales le han dado a nuestra economía y con ello a nuestro desarrollo. Han sido numerosos los empresarios regionales que han jugado un rol primordial como actores y constructores de nuestra región. Muchos líderes empresariales, representando a las empresas regionales, fueron construyendo el legado del cual nos sentimos orgullosos y desde donde sacamos la pasión para proyectarnos con liderazgo hacia el futuro.
Hoy, sabemos que no hay desarrollo sustentable sin el protagonismo de la comunidad y en particular de sus empresarios y trabajadores que instalados en la región constituyen su base productiva. Hoy, empresarios y trabajadores debemos fortalecer las confianzas y compromiso con la mejora continua para recuperar el dinamismo y mantener el liderazgo de nuestra región. En la actual coyuntura de discusión legislativa en materia laboral, autoridades, trabajadores y empresarios debemos potenciar el dialogo constructivo para sacar una ley que fortalezca y no debilite las confianzas y la relación empresa trabajador.
Regionalmente tenemos que dar el paso decidido hacia la maduración de nuestro cluster minero y lograr que nuestras empresas regionales alcancen los tamaños, competitividad y desarrollo tecnológico que aseguren su proyección sustentable. Para esto las empresas regionales debemos redoblar nuestro compromiso con la mejora intensiva en conocimiento, la innovación, la capacitación. En paralelo, nuestras grandes empresas mineras deben innovar en sus prácticas de relacionamiento con sus empresas prestadoras de servicios a fin de fortalecer la relación virtuosa gana-gana.
La externalización de servicios es el modelo que permitió el desarrollo de la industria regional especializada y aportadora de valor a la economía regional, es decir, principalmente nuestras pequeñas y medianas empresas. Lejos de debilitar este modelo debemos perfeccionarlo para fortalecer así a nuestras empresas y su capacidad para ofrecer cada vez mejores empleos y agregar valor a la economía.