En nuestro país y cada una de sus regiones, este año 2021 se escribirá con tinta histórica. Cuatro son los desafíos que tendrán un impacto profundo en nuestro presente y futuro. Por lo mismo, es fundamental la planificación, organización, ejecución y control en estos cuatro frentes estratégicos.
Covid. Porque sabemos que la pandemia tiene secuelas de vida o muerte, la administración de la actual fase de desarrollo de la misma es crítica. Para las autoridades, se exige máxima eficiencia en la gestión de la vacunación, atención hospitalaria, testeo y seguimiento. A nivel local, los controles y servicios municipales deben reforzarse. A su vez, el compromiso empresarial con el respeto y aplicación de los máximos protocolos de seguridad y prevención en sus operaciones no admite debilidades. Por su parte, la responsabilidad individual en el cumplimiento de las medidas de protección es pilar fundamental para el éxito en este frente.
Elecciones. Además de la inédita y promisoria elección de gobernador regional, este año debemos elegir a Presidente, Parlamentarios, Alcaldes, Concejales y Constituyentes. En este escenario, no cabe duda de la enorme responsabilidad de cada uno de nosotros como electores informados y exigentes. Es muy potente la oportunidad para iniciar una conducta de auditoría social con los programas de los candidatos a gobernadores y hacerla extensiva a los otros representantes de la ciudadanía. Una gestión pública potente significa menor pobreza, mejor educación y salud, mejor calidad de vida, por lo mismo, debemos ser muy exigentes con los candidatos y autoridades electas.
Constitución. El trabajo de l@s constituyentes para escribir la nueva “ley de las leyes” demandará mucha rigurosidad profesional, histórica y comparativa. El ideologismo liviano no solo no será un aporte sustantivo a esta responsabilidad gigante, es una amenaza a la demanda esencial de este trabajo, cual es el espíritu de apertura para construir unidad desde la diversidad, desde la reflexión, desde el conocimiento. Tal como se ha dicho, la nueva constitución debe ser “la casa de todos”.
Reactivación económica y social. Dada la importancia de la industria minera en nuestra economía y sociedad regional, el proceso reactivador demanda una profundización de la clusterización, priorizando de manera clara y auditable la contratación y desarrollo de nuestras empresas regionales y de nuestra mano de obra regional. Asimismo, todos los proyectos de inversión pública a materializarse en nuestra región deben establecer esta misma prioridad. Superado el peak de contagios y demanda hospitalaria, se deben reiniciar prontamente los proyectos suspendidos. Más inversión privada y pública son indispensables para la reactivación.